Prototipo de la novela romántica y exponente del germano movimiento Sturm und Drang, que nucleó a los cultores del romanticismo alemán de fines del siglo XVIII y cuyos principales referentes fueron Schiller y el propio Goethe. El hombre y la naturaleza como su reflejo, como espejo de su alma, y a la vez como obra estética en sí misma. Novela epistolar, el Werther relata uno de los grandes amores de la literatura universal y constituye un alegato en favor de la pasión amorosa, que contrasta y es inconciliable con las normas de la vida burguesa. Pero a la vez configura una reflexión sobre el artista-filósofo, que se asoma al espectáculo del mundo y se transforma en portavoz de esa multiplicidad. El estudio que acompaña la edición enmarca la obra en el contexto cultural e histórico en que fue concebida, releva su componente autobiográfico y reflexiona sobre su pertenencia genérica y su valor como testimonio estético, filosófico y sociológico de una época. Jerarquiza esta edición la traducción de Osvaldo y Esteban Bayer, que respeta la ardua sutileza de la obra en su versión original y la concilia con un lenguaje cercano a los lectores de hoy.
VON GOETHE JOHANN WOLFGANG
Fráncfort, 1749 - Weimar, 1749. Escritor y poeta, considerado el máximo exponente de la literatura alemana, Goethe, mostró de pequeño una inteligencia superior y una curiosidad insaciable que lo llevaron a estudiar griego, latín, hebreo y francés, así como también historia, geología, química y medicina. En Estrasburgo, en 1770, mientras terminaba sus estudios de abogacía, conoció a Friederike Brion, quien sería fuente de inspiración para sus primeros poemas, y al filósofo y teórico del arte Johann von Herder, quien lo inició en la lectura de los clásicos greco-latinos. Imbuido en el espíritu romántico del movimiento Sturm und Drang,«Tormenta e Impulso», publicó en 1773 la novela epistolar Las penas del joven Werther, que tuvo un éxito rotundo en toda Europa. En 1794 entabló una intensa pero tormentosa amistad con el dramaturgo Friedrich Schiller, a quien admiraba. En aquellos años comenzó a escribir su poema dramático Fausto, que se convertiría en su obra cumbre. Goethe alcanzó fama mundial, y hasta Napoleón lo visitó en su casa; sin embargo, tras su muerte en 1832 cayó en el olvido durante años. Sus últimas palabras recuerdan las ansias de sus personajes: «¡Luz! ¡Más luz!».