A mi entender la creación no puede ser considerada un fenómeno continuo como algunas funciones del cuerpo. No se segrega, no se aspira, no se espira creatividad. Pero quien diga yo estoy creando en forma permanente por imperiosa necesidad interior, o engaña o ha llegado a una profesionalización tan alarmante que lo transforma en un esclavo de sus automatismos, o de su ansiedad de poder. O es un Balzac, y entonces las cosas cambian. Narrar es en primera instancia acopiar materiales, sensaciones, situaciones, en un acto a veces involuntario de almacenamiento. Luego adviene una arquitectura que puede resultar estable o venirse abajo según la buena o mala disposición de los elementos. Y en último extremo se trata de formular una invitación a estar juntos con el lector, lo que depende de un soplo vital sin el que aquella forma pura sería sólo eso, forma, aunque con minúscula.
SOMERS ARMONIA
Armonía Somers, nacida en 1914 en la ciudad de Pando Uruguay bajo el poético nombre de Armonía Liropeya Etchepare Locino, fue una de las narradoras más destacadas de una generación de escritoras latinoamericanas que descolló durante la primera mitad del siglo pasado. En 1950 decide adoptar su nom de plume para publicar la novela erótica La mujer desnuda, un debut literario no exento de polémica, y que sería la primera de las cinco que verían la luz. En 1953, la publicación de su primer libro de cuentos, El derrumbamiento, le granjea comentarios adversos de críticos locales como Mario Benedetti quien varios años después cambió de opinión al respecto . El resto de sus cuentos se encuentran reunidos en esta edición. En 1986 recibió el Premio anual de Literatura otorgado por el Ministerio de Educación y Cultura del Uruguay. Murió en Montevideo en 1994.