If Stephen King could write with murderous concision, he might have come up with "The Landlady," the story of a boarding house with an oddly talented proprietress and a small but permanent clientele. If Clive Barker had a sense of humor, he might have written "Pig," a brutally funny look at cooks and vegetarianism. And a more bloodthirsty Jorge Luis Borges might have imagined the fanatical little gambler in "Man From the South," who does his betting with a hammer, nails, and a butcher knife.
But all these stories in this volume were written by Roald Dahl, whose genius for the horrific and grotesque is unparalleled and entirely his own.
DAHL ROALD
Roald Dahl nació en 1916 en un pueblecito de Gales Gran Bretaña llamado Llandaff en el seno de una familia acomodada de origen noruego. A los cuatro años pierde a su padre y a los siete entra por primera vez en contacto con el rígido sistema educativo británico que deja reflejado en algunos de sus libros, por ejemplo, en Matilda y en Boy. Terminado el Bachillerato y en contra de las recomendaciones de su madre para que cursara estudios universitarios, empieza a trabajar en la compañía multinacional petrolífera Shell, en África. En este continente le sorprende la Segunda Guerra Mundial. Después de un entrenamiento de ocho meses, se convierte en piloto de aviación en la Royal Air Force; fue derribado en combate y tuvo que pasar seis meses hospitalizado. Después fue destinado a Londres y en Washington empezó a escribir sus aventuras de guerra. Su entrada en el mundo de la literatura infantil estuvo motivada por los cuentos que narraba a sus cuatro hijos. En 1964 publica su primera obra, Charlie y la fábrica de chocolate. Escribió también guiones para películas; concibió a famosos personajes como los Gremlins, y algunas de sus obras han sido llevadas al cine. Roald Dahl murió en Oxford, a los 74 años de edad.