En el ámbito de las denominadas obras clásicas se suele naturalmente hacer referencia con exclusividad a la obra en sí y a su autor. Y esto debería ocurrir en el caso de Sueño de una noche de verano, de William Shakespeare, la obra teatral que Proyecto Larsen incorpora a su biblioteca de ediciones, en la Colección Teatro.
Sin embargo, hemos decidido referirnos a la traducción de la misma y al autor de dicha traducción, en tanto este acontecimiento del traslado de la obra desde la lengua inglesa a Nuestra Lengua es de trascendental importancia para la comprensión de la misma por los lectores de esta última, pues de este modo su lectura provocará el mismo intenso placer que anheló generar Shakespeare en los lectores de su época y de su lengua, y no meramente el logro de haberla leído originando sólo el placer del simple conocimiento informativo.
Esta Sueño de una noche de verano, la maravillosa e imaginativa comedia del gran autor inglés, provocará en nuestros lectores ese extraño, único e intenso placer que causa la lectura de una obra maestra, de una obra considerada clásica. Así como afirmamos que la versión de Pablo Neruda de Romeo y Julieta nos resulta una nueva obra clásica, sostenemos que la presenta versión del Sueño..., concretada en versos de siete y ocho sílabas en Nuestra Lengua, es asimismo una obra clásica en sí, una nueva obra clásica que conmoverá a quienes la lean.
SHAKESPEARE WILLIAM
Bautizado el 26 de abril de 1564, Stratford-upon-Avon, - 23 de abril de 1616, Stratford-upon-Avon.
William Shakespeare fue un poeta, dramaturgo y actor inglés, considerado el más grande autor dramático de todos los tiempos. Resulta muy difícil hablar de Shakespeare sin caer en tópicos. A pesar de que sus obras se escribieron a caballo entre los siglos XVI y XVII y se representaron en un teatro modesto, la inmensa mayoría han sobrevivido, se siguen representando en todo el mundo y forman parte del acervo cultural. Paradójicamente, la vida del llamado "cisne de Avon" sigue envuelta de misterio. Por no saber, no se sabe con seguridad ni el día en que nació. De hecho, existen conspiranoicos que aseguran que en realidad las obras no las escribió él, sino que simplemente las firmó, y que el verdadero autor fue Edward de Vere, XVII conde de Oxford, que se escondió tras la figura del actor. En cualquier caso, lo importante es su legado. Shakespeare cultivó con igual acierto drama y comedia. De su vasta obra cabe destacar Hamlet, Macbeth, Otelo, El rey Lear, Mucho ruido y pocas nueces y Romeo y Julieta.