SOBRE EL PLACER Y LA NATURALEZA
A finales del siglo IV a. C. Epicuro fundó una escuela filosófica del todo opuesta al idealismo platónico imperante. Desde una perspectiva mucho más empírica y natural, su doctrina reivindicó el papel de los sentidos única fuente de sabiduría posible y la búsqueda del placer para alcanzar la felicidad único objetivo final . Este hedonismo, sin embargo, debía acompañarse de cierta ética, capaz de distinguir placeres buenos o «naturales», como comer o dormir y malos o innecesarios y vanos, como beber sin sed o buscar la lujuria . De aquí la necesidad de la filosofía, cuya práctica defendió Epicuro durante toda la vida: «porque para alcanzar la salud del alma, nunca se es ni demasiado viejo ni demasiado joven».
Edad recomendada: Adultos.
EPICURO
Epicuro nació en la isla de Samos en el año 341 a.C. y murió en Atenas en el 270 a.C. Fue un filósofo griego fundador del epicureísmo, una escuela que promovía la búsqueda de la felicidad mediante el placer sereno y la ausencia de dolor. Estudió con Nausífanes, discípulo de Demócrito, y desarrolló una doctrina basada en el atomismo y el empirismo. Fundó su escuela en Atenas, conocida como el Jardín, donde enseñaba a hombres, mujeres y esclavos, algo inusual en su época. Epicuro escribió más de 300 obras, aunque solo se conservan fragmentos y algunas cartas. Su pensamiento influyó en el poema De rerum natura de Lucrecio y defendía que el miedo a los dioses y a la muerte debía eliminarse para alcanzar la ataraxia y la aponía.