SIRENAS
A Julián le gustan tanto las sirenas Se imagina convirtiéndose en una de ellas, nadando y jugando con los peces. Entonces, mientras su abuela se da un baño, él se las ingenia para disfrazarse de una hermosa sirena. Julián se coloca las hojas de una planta a modo de frondosa cabellera. Le añade unas flores. Se pinta los labios frente al espejo y, por último, con una cortina se fabrica una elegante cola de sirena. Cuando su abuela sale del baño se queda atónita. Julián se asusta. Piensa que está enfadada, que quizá lo regañe, que no está bien lucir como una sirena... Pero su abuela lo sorprende regalándole un collar para completar su atuendo. Luego, lo lleva a una tradicional fiesta de Carnaval. Allí desfila junto a pulpos, medusas, peces de distintos colores y, por supuesto, sirenas, muchas sirenas como él.
Estamos ante un álbum con un texto mínimo, pero con un despliegue de ilustraciones desbordantes de color y profundo significado. Una historia contada con sobriedad y sensibilidad, que arroja los estereotipos femeninos y masculinos por tierra ¿no debería un niño disfrazarse de tiburón o pez espada y una niña de sirena? . Un libro que no juzga ni condena, que respeta el deseo de cada uno a ser lo que sueña y elije, sin estigmatizarlo. Una lección de apertura hacia la diversidad, un ejemplo de tolerancia y de amor. Muy recomendable para leer en familia, reflexionar y dialogar con los hijos en Carnaval o en cualquier época del año y de la vida.
Edad recomendada: A partir de 5 años.
LOVE JESSICA
Jessica Love es actriz de teatro e ilustradora estadounidense. Creció en el sur de California, sus padres eran artistas. Licenciada en Bellas Artes y Arte Dramático. Actualmente vive en Hudson Valley con su pareja, Daniel, y su hijo. Love ilustra a mano cada uno de sus libros con tinta, gouache y acuarela. Un aspecto interesante de sus libros es que utiliza papel marrón. Al principio probó con papel blanco, pero dice que "había algo que no funcionaba". Su primer libro "Sirenas" ha sido editado por Kókinos, Jessica afirma que iba a ser un libro sin palabras, pero cuando enseñó los primeros bocetos, vio que faltaba información y tuvo mucho cuidado de no desviar la atención de las ilustraciones y ser sutil en la narrativa.