Dominado por la ambición y el afán de aventuras, el joven Robinson Crusoe abandona su hogar paterno y, tras una serie de peligrosas peripecias e infortunios, logra convertirse en un rico hacendado en Brasil. Pero su talante inquieto y el deseo de hacer un buen negocio le llevan a embarcarse una vez más y, durante la accidentada travesía, Crusoe naufraga en una isla desierta en la que transcurrirá buena parte de su existencia. Para sobrevivir en la isla y dominar una naturaleza hostil, Crusoe avivará el ingenio, desarrollará múltiples destrezas, perseverará en el esfuerzo y evitará caer en el desánimo. De ese modo el héroe consigue vencer la soledad que a menudo le abruma y se convierte en el paradigma del hombre que, mediante el uso de la razón y la inteligencia, es capaz de sobreponerse a las circunstancias más adversas. Esta ágil y amena adaptación de la obra inmortal de Daniel Defoe ha sido compuesta por el novelista Eduardo Alonso e ilustrada por el artista australiano Robert Ingpen. La edición se completa con notas aclaratorias y un apéndice de actividades.
DEFOE DANIEL
Daniel Defoe nació en Londres alrededor de octubre de 1660 y murió en Moorfields, Londres, el 24 de abril de 1731. Hijo de James Foe y Alice Marsh, adoptó el De en su apellido en torno a 1700. Educado en la fe presbiteriana con estudios para ministro que abandonó en 1685, se dedicó al comercio, viajó por Europa y afrontó deudas que le condujeron a prisión. En 1684 se casó con Mary Tuffley y tuvo ocho hijos, seis sobrevivientes. Tras ocupar un cargo gubernamental y escribir libelos como El verdadero inglés y El medio más eficaz para con los disidentes, fue arrestado en 1703 y liberado en noviembre gracias a Robert Harley. En 1704 fundó The Review, que consolidó su carrera periodística. En 1719 publicó Robinson Crusoe y luego Moll Flanders, Diario del año de la peste y El perfecto comerciante inglés, obras que le granjearon el título de padre de la novela inglesa.