En el mundo urbano contemporáneo todo parece regido por una suerte de fatalismo racional : nada de lo que nos ocurre es ajeno a nuestros cálculos y previsiones. Así en las ciudades actuales, en el espacio-tiempo globalizado que algún filósofo denomina modernidad-mundo, hombres y mujeres están sometidos a una se rie de rituales desacralizados que los obliga a repetir acciones y gestos que los uniforman. Esta repetición parece el único camino para adaptarse a un orbe que demanda condiciones especiales para la supervivencia:ascenso económico y social, una enloquecida búsqueda de bienes materiales que se vuelve sentido de las existencias.En esa loca carrera, nadie está a salvo de la amenaza de una violencia expuesta o velada.Esta es la atmósfera en la que se desarrollan los cuentos de Recursos urbanos.David Voloj, en la mejor tradición de la narración breve,pone a los lectores en vilo y los somete a una suerte deasfixia gozosa que solo encuentra alivio en el mejor de los casos.Cuando se llega a la última línea del último cuento.