RECADOS COMPLETOS
Después de más de una década viviendo fuera de su país, en 1934 Gabriela Mistral llegó como cónsul de Chile a Madrid. Un año después escribió su primer "Recado" para un diario nacional. Este fue sucedido durante dos décadas por más de cien textos publicados en medios de diversos países y que trataron todo tipo de temas. A través de este género híbrido, creado y utilizado exclusivamente por ella, Mistral mantuvo comunicación con su gente y geografía, a través del envío de noticias y poesía del mundo.
"¿Qué son los recados?", se preguntó el cronista Enrique Bunster. "¿Son artículos, crónicas, ensayos descriptivos o simplemente poemas en prosa? Una definición excluyente sería aventurada. Esas piezas de lenguaje y colorido asombrosos que hoy estiman algunos como la porción más homogénea de su laureada producción".
Este libro contiene 114 recados que el investigador Diego del Pozo recopiló de diarios donde fueron publicados, de libros donde fueron antologados y los que estaban inéditos hasta hoy, fueron transcritos directo del puño de Gabriela Mistral. Educación, naturaleza, religión, política, arte y literatura son los temas que reúnen aquí parte importante de su prosa, donde se aprecia, además de una escritura singular e inesperada, su dimensión intelectual.
"Así llamaba yo esa especie de 'conversación' con los míos a través del mar".
GABRIELA MISTRAL
Gabriela Mistral, seudónimo de Lucila Godoy Alcayaga, fue una poetisa, diplomática, profesora y pedagoga chilena. Por su trabajo poético, recibió el Premio Nobel de Literatura en 1945. Fue la primera mujer iberoamericana y la segunda persona latinoamericana en recibir un Premio Nobel.
Edad recomendada: Adultos.
MISTRAL GABRIELA
Vicuña, 1889 - Nueva York, 1957 nacida Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga, hija de un docente y una modista. Fue maestra y directora de escuela en diversos puntos de Chile, desde el extremo norte al sur. Ejerció la enseñanza con la misma devoción con que se entregó a la literatura. En 1914 editó su primer libro de poesía, "Sonetos de la Muerte", y adoptó el seudónimo Gabriela Mistral en homenaje al italiano Gabriele d'Annunzio y al francés Fréderic Mistral. En 1922, dejó su país, invitada por el gobierno de México para colaborar en los planes de reforma educativa, y residió casi siempre en el exterior, con el cargo de cónsul desde 1932. Conocida por sus conferencias y clases en Centroamérica, Estados Unidos y Europa, en 1939 se mencionó su candidatura al Premio Nobel, que recibió en 1945. El Premio destacó tanto su fe en la literatura como en la docencia. Entre sus principales libros de poesía destacan Desolación 1922 , Tala 1938 y Lagar 1954 . Sus poemas exaltan el sentimiento, el paisaje americano y la infancia.