El análisis de la existencia humana que subyace a toda psicoterapia que pretenda fundarse científicamente en las técnicas más avanzadas no puede ignorar el inestable coeficiente de filosofía que la compromete con los grandes temas del pensamiento: pues la psicoterapia no es una mera aplicación instrumental del conocimiento, sino una investigación en las condiciones del ser íntegro del hombre. No se reduce a un problema de medicación ni a una guía de conducta; esta visión compleja, global, de las tareas de la psicoterapia la tuvo Viktor E. Frankl, profesor de neurología y psiquiatría en la Universidad de Viena y profesor de logoterapia en la Universidad Internacional de San Diego, California; catedrático de Harvard, Stanford, Pittsburgh y Dallas. Sus proposiciones acerca de un análisis existencial, de una logoterapia, de una científica y penetrante cura de almas hicieron de su obra una de las lecturas más fecundas para los interesados en el tema y filósofos, humanistas, sociólogos, etcétera -al extremo de que sus veinte libros han sido traducidos a catorce idiomas incluidos el chino y el japonés -. Es la suya una obra digna heredera de Freud, Jung y Adler.
FRANKL VIKTOR E.
Viktor Frankl 1905-1997 es uno de los referentes más destacados de la psicología del siglo xx. Doctorado en Medicina y Filosofía por la Universidad de Viena, fundó la logoterapia, también denominada Tercera Escuela Vienesa de Psicoterapia. En 1942, en pleno apogeo de los nazis, él y su familia fueron hechos prisioneros e internados en los campos de concentración. Fue precisamente esta experiencia la que lo llevaría a confirmar vivencialmente su teoría psicológica desarrollada en las décadas anteriores basada en el sentido de la vida y con raíces existencialistas. Tras sobrevivir al Holocausto, fue profesor de Neurología y Psiquiatría en la Universidad de Viena y obtuvo la cátedra de Logoterapia en la Universidad Internacional de San Diego, California. Impartió conferencias en universidades de todo el mundo y 29 de ellas le otorgaron el título de doctor honoris causa. Galardonado con numerosos premios, entre ellos el Oskar Pfister Award de la American Psychiatric Association, fue miembro de honor de la Academia Austriaca de las Ciencias.