POEMAS DE LA LOCURA - EDICIÓN BILINGÜE
Treinta y seis años tenía Hölderlin cuando declarado loco, fue acogido en su casa de Tubinga, junto al Neckar, por el carpintero Zimmer. Treinta y siete más vivió en aquella casa, olvidado del mundo, de sus amigos, de sus contemporáneos, en constante diálogo consigo mismo y con la Naturaleza. De las muchas páginas que allí escribió, prácticamente todas se han perdido. Estos 49 poemas que aquí se recogen y traducen al castellano son una ínfima muestra de su actividad intelectual en aquellos años, pero son también lo único que de ellos nos queda. Hemos recogido igualmente, junto a los poemas, algunos testimonios de sus contemporáneos que arrojan luz sobre los "años oscuros" del poeta.
FRIEDRICH HÖLDERLIN
Fue un poeta lírico alemán. Su poesía acoge la tradición clásica y la funde con el nuevo romanticismo.
Edad recomendada: Adultos.
HOLDERLIN FRIEDRICH
Friedrich Hölderlin Lauffen am Neckar, 20 de marzo de 1770 - Tubinga, 7 de junio de 1843 fue un poeta lírico alemán. Su poesía acoge la tradición clásica y la funde con el nuevo romanticismo. Tal y como explican Ruiza, Fernández y Tamaro, «La obra de Hölderlin tiene en su eje central el intento de hallar el sentido y esencia de la lírica en los momentos históricos convulsos que le tocó vivir. Los juveniles Himnos 1793 , en los que canta a la belleza, la libertad y el genio de la adolescencia, sufren aún la influencia de Schiller y ensalzan los «ideales de la humanidad». Las Elegías 1793 , sobre todo «Grecia» y El destino», son ya un lamento por lo desaparecido e incluyen una propuesta fundamental en Hölderlin: el impulso hacia un nuevo helenismo. Hiperión 1797-1799 es un texto a mitad de camino entre la novela epistolar y la llamada 'de iniciación', que comparte también las características confesionales de un diario íntimo y anticipa múltiples aspectos de la sensibilidad romántica». Maltratado por la enfermedad mental, «en su poesía hay algo, por encima de la forma, de río incontenible, de exaltación, de aliento enardecido por un fuego mortal y propio, y puede ser quizás que ese meollo, esa substancia ya trufada por la locura, vaya abriéndose paso desde el éxtasis a la sinrazón», explica Roger Salas.