NADIE SABE LOS MOTIVOS
Todo narrador es un viajero; o quizás, todo viajero es un narrador. A Alejandro Starosta le llevó muchos años materializar el sueño. Es decir, hacer de ese sueño viajado un sueño contado. Treinta años después, escribe estos sueños convertidos en viajes, o esos viajes devenidos sueños, y nos entrega Nadie sabe los motivos, un texto sencillo como el viento del campo y amoroso. En él, aún resuenan abrazos y risas y músicas, como si fuera un viaje recobrado o como si fuera un sueño que no cesa.
Edad recomendada: Adultos.