MOTIVOS DE SAN FRANCISCO Y OTRAS PROSAS CRISTIANAS - 978-956-314-515-1
Edad recomendada: Adultos.
GABRIEL MISTRAL
Gabriela Mistral, seudónimo de Lucila Godoy Alcayaga, fue una poetisa, diplomática, profesora y pedagoga chilena. Por su trabajo poético, recibió el Premio Nobel de Literatura en 1945. Fue la primera mujer iberoamericana y la segunda persona latinoamericana en recibir un Premio Nobel.
SINOPSIS
La vida y obra de Gabriela Mistral están signadas por una intensa y permanente búsqueda religiosa y espiritual. Practicó el budismo y la teosofía, el yoga y la meditación; estudió religiones comparadas, esoterismo, alquimia, masonería, teología musulmana y hebrea, no obstante esta heterodoxia, su más profunda y definitiva veta fue la cristiana. Se educó en la Biblia, en la lectura y escucha de los Salmos, y quedó cautiva por la doctrina franciscana, que la acompañó hasta su muerte.
En 1922, con residencia en México, comenzó a escribir en torno a San Francisco de Asís. Estos textos fueron publicados en diarios de la época tanto en Chile como en el extranjero y conformarían un volumen para conmemorar, en 1926, los setecientos años de la muerte del Santo, proyecto que no se llevó a cabo. Mistral continuó con la creación de estas piezas, sin llegar a materializarlas en una publicación en su conjunto. Motivos de San Francisco y otras prosas cristianas es la reunión de ellas, las que, junto a otras dedicadas a figuras cardinales para la poeta, como Santa Teresa de Ávila o Sor Juana Inés de la Cruz, conforman este libro que es a la vez íntimo y referencial, y que da cuenta de su magnífica musicalidad en la escritura, pasión y profundidad de ideas.
MISTRAL GABRIELA
Vicuña, 1889 - Nueva York, 1957 nacida Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga, hija de un docente y una modista. Fue maestra y directora de escuela en diversos puntos de Chile, desde el extremo norte al sur. Ejerció la enseñanza con la misma devoción con que se entregó a la literatura. En 1914 editó su primer libro de poesía, "Sonetos de la Muerte", y adoptó el seudónimo Gabriela Mistral en homenaje al italiano Gabriele d'Annunzio y al francés Fréderic Mistral. En 1922, dejó su país, invitada por el gobierno de México para colaborar en los planes de reforma educativa, y residió casi siempre en el exterior, con el cargo de cónsul desde 1932. Conocida por sus conferencias y clases en Centroamérica, Estados Unidos y Europa, en 1939 se mencionó su candidatura al Premio Nobel, que recibió en 1945. El Premio destacó tanto su fe en la literatura como en la docencia. Entre sus principales libros de poesía destacan Desolación 1922 , Tala 1938 y Lagar 1954 . Sus poemas exaltan el sentimiento, el paisaje americano y la infancia.