Oscura, barroca y mágica, Macbeth es una de las obras de la madurez de la genialidad de William Shakespeare. Junto con Hamlet, Troilo y Crésida, Otelo, El rey Lear, Antonio y Cleopatra, Timón de Atenas y Coriolano, escritas todas entre 1601 y 1608, compone el núcleo de tragedias central en su obra, donde el destino del hombre está marcado por sus errores y pasiones. En sus cinco actos, entre presagios de brujas y días tempestuosos, esta tragedia nos muestra cómo la ambición desmedida del hombre devora su corazón, cómo la naturaleza perniciosa del poder sólo busca más poder y nunca se sacia, cómo el crimen y la culpa destruyen reyes y reinos. Así como Hamlet ha pasado a ser un personaje universal, la representación de la duda existencial del hombre, lady Macbeth, con sus manos ensangrentadas por siempre, representa al ser humano arrasado por una de sus pasiones más oscuras: la codicia.
SHAKESPEARE WILLIAM
Bautizado el 26 de abril de 1564, Stratford-upon-Avon, - 23 de abril de 1616, Stratford-upon-Avon.
William Shakespeare fue un poeta, dramaturgo y actor inglés, considerado el más grande autor dramático de todos los tiempos. Resulta muy difícil hablar de Shakespeare sin caer en tópicos. A pesar de que sus obras se escribieron a caballo entre los siglos XVI y XVII y se representaron en un teatro modesto, la inmensa mayoría han sobrevivido, se siguen representando en todo el mundo y forman parte del acervo cultural. Paradójicamente, la vida del llamado "cisne de Avon" sigue envuelta de misterio. Por no saber, no se sabe con seguridad ni el día en que nació. De hecho, existen conspiranoicos que aseguran que en realidad las obras no las escribió él, sino que simplemente las firmó, y que el verdadero autor fue Edward de Vere, XVII conde de Oxford, que se escondió tras la figura del actor. En cualquier caso, lo importante es su legado. Shakespeare cultivó con igual acierto drama y comedia. De su vasta obra cabe destacar Hamlet, Macbeth, Otelo, El rey Lear, Mucho ruido y pocas nueces y Romeo y Julieta.