Luna guardaba un secreto: tenía globos raros, rarísimos, para hacer viajes especiales.
Eugenio se sentía solo porque no tenía con quién jugar
Cuando se encuentran en la plaza, ella lo invita a un fabuloso viaje en el globo Bolita de miga. Entonces, partirán en busca de alguien que juegue con Eugenio. Juntos patinarán en la cabeza de un gigante, huirán de un tiburón que los quiere merendar, se harán amigos del viento
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