«¿Tendría, entonces, que ocurrir que lo que hace la felicidad del hombre se haga a su vez la fuente de su desdicha?»
La historia de un joven abocado al suicidio por la infelicidad del desamor es la primera gran novela trágica europea. Basada en el desencanto amoroso sufrido por el propio Goethe, el libro alcanzó una gran fama como fundador de lo que más tarde se llamaría literatura confesional. Su sensible exploración de la mente de un artista en lucha contra la sociedad y escasamente pertrechado para hacer frente a la vida le otorga el valor de una obra maestra sin par en la literatura universal.
José María Valverde llevó a cabo la más fiel y preciosa traducción a nuestra lengua de este clásico imperecedero, que recogemos aquí siguiendo la edición canónica realizada por Waltraud Wiethölter y Christoph Brecht, cuyo trabajo ha sido avalado durante años por los círculos académicos internacionales.
Thomas Mann dijo...
«El mundo, al unísono, tomó posesión de Los sufrimientos del joven Werther y el libro tomó posesión del mundo. Era como si la gente, en todos los países, de manera secreta y sin saberlo, hubiera estado esperando este libro escrito por un joven desconocido, nacido en una ciudad del imperio alemán.»
VON GOETHE JOHANN WOLFGANG
Fráncfort, 1749 - Weimar, 1749. Escritor y poeta, considerado el máximo exponente de la literatura alemana, Goethe, mostró de pequeño una inteligencia superior y una curiosidad insaciable que lo llevaron a estudiar griego, latín, hebreo y francés, así como también historia, geología, química y medicina. En Estrasburgo, en 1770, mientras terminaba sus estudios de abogacía, conoció a Friederike Brion, quien sería fuente de inspiración para sus primeros poemas, y al filósofo y teórico del arte Johann von Herder, quien lo inició en la lectura de los clásicos greco-latinos. Imbuido en el espíritu romántico del movimiento Sturm und Drang,«Tormenta e Impulso», publicó en 1773 la novela epistolar Las penas del joven Werther, que tuvo un éxito rotundo en toda Europa. En 1794 entabló una intensa pero tormentosa amistad con el dramaturgo Friedrich Schiller, a quien admiraba. En aquellos años comenzó a escribir su poema dramático Fausto, que se convertiría en su obra cumbre. Goethe alcanzó fama mundial, y hasta Napoleón lo visitó en su casa; sin embargo, tras su muerte en 1832 cayó en el olvido durante años. Sus últimas palabras recuerdan las ansias de sus personajes: «¡Luz! ¡Más luz!».