Yo tenía una torré de chocolate con campanas de azucár, qué disparaté! Estos poemas anónimos de la lengua española fueron buscados en el recuerdo personal, familiar y de la comunidad. Tarea emotiva y juguetona que nos ayuda a conocernos de otra manera. Ahora vuelven para los niños. La ronda nunca se acaba. Nunca se apaga. L. D.