LOS ÁRBOLES CAÍDOS TAMBIÉN SON EL BOSQUE
La estructura de estos cuentos es una cuidada cadena de precisión: nada de lo que la autora escribe o pone en juego queda librado al azar. Lo que se nombra, aquello que se dice y, sobre todo, lo que los personajes callan, se vuelve un verdadero centro de gravedad, un peso propio que maneja el sentido de lo que se cuenta. Sucede precisamente en "Los nombres", quien narra dice casi a modo de manifiesto o ars poética: Eso que no tiene nombre, existe.
Simples acciones como preparar un té, cocinar un desayuno perfecto o cavar un pozo se transforman en ceremonias privadas imbuidas de una profunda filosofía, una filosofía que se filtra desde las raíces familiares japonesas de la autora. En otro plano, bajo la superficie de la acción, el límite entre lo normal, lo cotidiano y lo extraño puede tornarse difuso y el presente idílico de una historia sencilla puede abrir una ventana sorprendente y hasta trágica.
Si bien casi todos los cuentos de Los árboles caídos también son el bosque han sido premiados en Argentina, América Latina y España, varios forman parte de antologías y le han valido a la autora un sólido reconocimiento como cuentista, es probable que para la mayoría de los lectores este libro de Alejandra Kamiya sea una grata novedad: el descubrimiento de una magnífica escritora.
Edad recomendada: Adultos.
KAMIYA ALEJANDRA
13 de febrero de 1966, Buenos Aires Kamiya es una escritora argentina. De ascendencia japonesa, su obra, compuesta por tres libros de cuentos, aúna las culturas argentina y japonesa, y aborda las temáticas de los vínculos afectivos, la vida cotidiana y la muerte.
Se formó en el taller de Abelardo Castillo entre 2009 y 2014. En la actualidad dicta talleres literarios y escribe artículos de crítica literaria en la revista "La otra parte", de Marcelo Cohen.