Pascal Quignard se nutre de la danza y el teatro para evocar, como si fueran leyendas, cinco maravillosos momentos de la historia a través de sus vestidos: una antigua túnica carolingia, un traje de dócil seda china, un rígido kimono japonés, un abrigo de piel inmenso y un vestido con miriñaque del Segundo Imperio.
Como un tejido, estos cinco cuentos sobre los periplos de una mujer que nace princesa y se convierte en una vieja reina se entrelazan con el devenir de las estaciones, de sus deseos, de sus siluetas, sus espectros, sus edades y su duelo.
Lo breve de estos mundos es una puerta angosta, como la del sueño, un recodo de la gran caverna en donde se representa un rítmico baile de vestirse y desvestirse. Allí resuenan el amor, el silencio, el deseo y la ausencia con la música de una obra maestra.
Lo trágico se torna épico: Quignard hace un teatro narrativo. O más bien sus narraciones, halladas o inventadas, se encuentran con un cuerpo que las representa, que convierte su ritmo, su música en danza.
Silvio Mattoni, del prólogo del libro
QUIGNARD PASCAL
Nació en 1948 en Verneuil-sur-Avre, Francia, en el seno de una familia de músicos y especialistas en literaturas clásicas. Su infancia estuvo marcada por períodos de autismo y anorexia. Ya adolescente, sus gustos se inclinaron por la música, el latín, el griego, los estudios etimológicos y la literatura. En 1968 estudió filosofía en Nanterre. En 1969 publicó un ensayo sobre la obra de Sacher-Masoch, El ser del balbuceo El cuenco de plata, 2015 ; pero fueron las novelas El salón de Wurtemberg 1986 y Las escaleras de Chambord 1989 las que lo dieron a conocer. Desde 1969 fue colaborador de la editorial Gallimard, hasta que en 1994 tomó la decisión de dedicarse exclusivamente a escribir. En 2002 ganó el premio Goncourt por su novela Las sombras errantes El cuenco de plata, 2014 , hecho que significó la consagración de una obra de una enorme riqueza y variedad, que incluye ensayos sobre filosofía, música, literatura y arte, novelas y poesía.