El fiscal Teodor Szacki no está en su mejor momento.
Desde que abandonó Varsovia para instalarse en Olsztyn, siente un perpetuo desajuste en su vida de pareja y en la relación con su hija adolescente. Tal vez eso explique que un día no adopte todas las medidas necesarias ante una queja por violencia doméstica con consecuencias terribles para la esposa maltratada. O quizá esté afectándolo la investigación
de un extraño asesinato que implica un esqueleto cuyos huesos pertenecen a varias víctimas. Pero pronto sospecha que ambos casos pueden estar vinculados, y poco a poco se va dibujando la pista de un escurridizo justiciero: alguien que trabaja en la sombra, claramente decidido a paliar la negligencia de la policía.