Traducción de Ana Mata Buil
Prólogo de Ángeles Caso e introducción de Francesca Wade
Entre los grandes colaboradores que tuvo desde su creación en 1902 el Times Literary Supplement, considerado el medio literario más respetable de la época por T. S. Eliot, figuraban nombres como los del propio Eliot y Henry James, pero, según su director, la joya de la corona fue sin duda Virginia Woolf. En estos ensayos extraordinarios, la joven crítica supo arrojar nueva luz sobre escritores conocidos y construir manifiestos provocadores acerca del futuro de la novela; y, gracias a ellos, disfrutó de la ansiada independencia económica. Tras su escrutinio de autores que conformaron su canon literario -como Charlotte Brontë, George Eliot, Elizabeth Barrett y Joseph Conrad- se vislumbra el pensamiento que iluminó su producción narrativa. Pero, sobre todo, se percibe a la Virginia Woolf lectora, para quien, como nos recuerda Ángeles Caso en el prólogo, leer nunca fue un refugio, sino «el acto supremo de insumisión, la mejor manera de hacer frente a la violencia siempre dominante con un gesto callado pero lleno de desafío», y cuyo entusiasmo por la gran literatura sigue inspirándonos hoy más que nunca. Un volumen inédito que refleja el ingenio y la inteligencia de una autora icónica.
WOOLF VIRGINIA
Virginia Woolf Londres, 1882 fue una autora fundacional de la literatura moderna e ineludible referente feminista. Nació en medio de una familia estrechamente vinculada al circuito artístico e intelectual de la época pero nunca asistió al colegio formal. Desde sus primeros años compartió con figuras como Henry James o Julia Margaret Cameron, al tiempo que despertó un interés vital por los libros. Pese a su temprano oficio de escritora y rol crucial en el mítico grupo Boomsbury -junto a Bertrand Russell y Ludwig Wittgenstein-, Woolf no publicó sino hasta los treinta y tres años. Fin de viaje 1915 fue su primera novela, y aunque no generó la misma repercusión que sus siguientes libros, destacó por su tono agudo y satírico. Dos años después, junto a su marido Leonard Woolf, fundó la crucial editorial artesanal Hogarth Press, donde publicaron autores como Freud, Mansfield y Eliot. En 1919 publicó Noche y día, en cuyas páginas aborda la temática del sufragio femenino y el cuestionamiento al matrimonio como puente para la felicidad. Sin embargo, la crítica no lo consideró un libro relevante. Con su tercera novela, El cuarto de Jacob 1922 , deformó las estructuras tradicionales del género y desarrolló una escritura de corte más experimental. Posteriormente, escribió las obras que la consolidaron como una de las autoras icónica siglo XX: La señorita Dalloway 1925 , Al faro 1927 , Orlando 1928 y Las olas 1931 , son solo algunas de sus obras destacadas. Woolf también escribió una larga listas de artículos, cuentos, biografías y ensayos, como Un cuarto propio 1929 , que la situó en un lugar imprescindible para los feminismos contemporáneos. Con los años, lo que probablemente fue un trastorno bipolar, comenzó a mermar su vida y su trabajo literario. Los abruptos cambios de ánimo, los recurrentes estados depresivos y la impotencia de no poder escribir, fueron los motivos que la llevaron a cruzar el jardín con los bolsillos de su abrigo lleno de piedras y sumergirse en el río Ouse el veintiocho de marzo de 1941.