Frida Kahlo es una de las personalidades artísticas más potentes del siglo XX. Su obra pictórica, inclasificable, convierte su yo más íntimo en el protagonista de numerosas escenas y autorretratos, creando un imaginario lleno de fuerza y, sobre todo, netamente femenino.
Marcada por la enfermedad, Kahlo se deshizo de sus limitaciones físicas a través de su obra, haciéndonos partícipes de ese sufrimiento con su pintura. Esto, junto con su amor por la cultura ancestral mexicana, son las señas de identidad que la han catapultado por la cultura ancestral mexicana, son las señas de identidad que la han catapultado hasta nuestros días en un culto a su personalidad, o fridomanía, que ha trascendido en el tiempo y la sombra de su marido, el pintor Diego Rivera.