El pollo Anastacio, un gaucho mitómano y conversador, recrea la hstoria del doctor Fausto para su amigo Laguna. Alentado por la siesta morosa del bajo porteño, un oportuno porrón de ginebra y el interés cada vez mayor que le demuestra su compañero, el Pollo se irá entusiasmando hasta hacer una traslación completa del drama, que de seguro Goethe no hubiera soñado, aunque sí celebrado. Con adecuadas dosis de humor, reducciones a la propia cultura y atractivas digreciones, el pollo nos cuenta el viejo mito de la transacción con el diablo, sin que sus palabras sencillas y campechanas hagan perder nada de la sublime penetración del original.