Casi cien años después del auge de la novela gótica y de los tiempos del romanticismo, en 1897, cuando el siglo XX estaba ya al alcance de la mano, de la pluma de Bram Stoker, un escritor irlandés poco conocido hasta el momento, nacería uno de los monstruos más famosos de todos los tiempos. Implacable, cruel y sediento, el conde Drácula, inspirado en Vlad Tepes "el empalador", sería a partir de ese momento el arquetipo del vampiro.
Novela epistolar, donde la historia se desarrolla a través de cartas y de los diarios personales de los protagonistas significativamente, el único que se mantiene en silencio es el mismo conde, haciendo que el misterio y la oscuridad de su figura sea más perfecta , Drácula nos cuenta cómo el célebre vampiro se muda desde Transilvania, su tierra maldita, hacia Inglaterra, desplegando su poder y su terror por todas partes.
Adaptada al cine en numerosas ocasiones, es importante señalar que la historia de amor entre Mina y el conde no está en la novela. Drácula es, en estas páginas, la pura y exquisita representación del mal.
Esta edición cuenta con prólogo de Alberto Laiseca.
STOKER BRAM
8 de noviembre de 1847, Dublín - 20 de abril de 1912, Londres.
Stoker fue un escritor irlandés, conocido especialmente por una obra tan inmortal como el personaje que le da título: Drácula. Hasta los siete años, Stoker sufrió una parálisis que le impedía andar. Sin embargo, en su juventud destacó como futbolista en la Trinity University de Dublín, donde se graduó en matemáticas y no fue hasta 1890 que publicó su primera novela: El paso de la serpiente y, siete años después, vio la luz su indudable obra maestra. La estructura de Drácula es muy ingeniosa, ya que vamos conociendo al temible vampiro mediante cartas o diarios de la gente que, de alguna manera, se va cruzando con él, lo cual resulta más intrigante y terrorífico que si se nos presentara el personaje directamente. Su éxito y popularidad hasta nuestros días es tal, que Drácula es sinónimo de vampiro. Para crear este personaje, Stoker se basó en leyendas del folclore europeo y en la figura de Vlad Tepes, un príncipe de Valaquia que pasó a la historia con el terrorífico sobrenombre de El empalador.