Sócrates dedicó su vida a la misión, considerada por él sagrada, de ayudar a sus conciudadanos a conocerse a sí mismos y a ser mejores. A pesar de ello, a lo largo de su existencia, el filósofo se granjeó numerosos enemigos. En el año 399 tres ciudadanos lo acusaron de corromper a la juventud, de no creer en los dioses en los que la ciudad creía y de introducir nuevas divinidades. Por tales supuestos delitos los acusadores pidieron la pena de muerte. Sócrates proclamó que no merecía pena alguna, sino que, por el contrario, el Estado habría debido mantenerlo por cumplir con la misión encomendada por el dios de beneficiar a todos. Irritados los jueces por su actitud, lo condenaron a muerte. Después de cumplir un mes de cárcel, Sócrates bebió la cicuta que le trajo el carcelero y murió serenamente.
Defensa de Sócrates y Critón son dos sublimes diálogos que poseen una ordenada y elegante claridad, animada por un íntimo fervor, donde Platón nos muestra la figura de Sócrates en el vivo atractivo de su simplicidad y grandeza.
Para esta Biblioteca, el profesor Manuel Rafael Aragó tradujo los diálogos directamente del griego, prologando y anotando además la edición.
PLATON
Platón nació en Atenas alrededor del año 427 a.C. y fue uno de los filósofos más influyentes de la historia occidental. Discípulo de Sócrates, heredó su método dialéctico y lo desarrolló en sus diálogos filosóficos. Fundó la Academia, primera institución de educación superior en Europa, donde enseñó durante décadas. Sus obras abordan temas como la justicia, el conocimiento, el alma y la organización política, destacando "La República" como una de sus más célebres. Fue maestro de Aristóteles y su pensamiento marcó profundamente la filosofía, la teología y la ciencia. Murió hacia el año 347 a.C., dejando un legado que perdura hasta hoy.