LEVIATHAN
'Six days ago, a man blew himself up by the side of a road in northern Wisconsin . . .'
The explosion that detonates the narrative of Paul Auster's remarkable novel also ends the life of its hero, Benjamin Sachs, and brings two FBI agents to the home of one of Sachs's oldest friends, the writer Peter Aaron. What follows is Aaron's story, an intricate, subtle and gripping investigation of another man's life in all its richness and complexity.
Combining an investigation of freedom and terrorism with all the tension, mystery and allusive richness familiar from Auster's The New York Trilogy or Sunset Park, Leviathan is an unmissable addition to the canon of 'one of America's most spectacularly inventive writers.' Times Literary Supplement
' A Brownian motion experiment of a plot - chock-a-block with identity-swaps, sideways sweeps and lateral leaps.' Observer
AUSTER PAUL
Nueva Jersey , 1947. «Toda vida es inexplicable -escribe Paul Auster-. Por muchos hechos que se cuenten, por muchos datos que se muestren, lo esencial se resiste a ser contado.» Y sin embargo, su condición de narrador quizá pueda explicarse a partir de La invención de la soledad 1982 . El padre de Auster había muerto y atrás quedaban sus traducciones del francés, sus poemas como «puños cerrados», sus obras entre bambalinas como «negro» literario y sus estudios de literatura francesa, italiana e inglesa en la Universidad de Columbia. De su quehacer lírico había nacido una prosa elegante y depurada. La trilogía de Nueva York 1987 fue su obra consagratoria. En ella, el azar lleva a los protagonistas a asumir distintas identidades dentro de una compleja arquitectura narrativa de espejismos metaficcionales, una pesadilla urbana teñida de enfermedad, locura y fracaso. El Palacio de la Luna 1989 y Leviatán 1992 , ganadora del Premio Médicis, son otras de sus obras más destacadas. En 2006 recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras como reconocimiento a la renovación literaria que supuso la unión de las tradiciones norteamericana y europea. Para Auster, las palabras del célebre dramaturgo Peter Brook bien podrían definir la aspiración final de su obra: que posea a un tiempo «la intimidad de lo cotidiano y la distancia del mito, porque sin cercanía no es posible el sentimiento y sin distancia es imposible el asombro».