Este es un libro acerca de la vida en la Rusia urbana en el apogeo del estalinismo. Trata de viviendas comunitarias atestadas, de esposas abandonadas y esposos que no pagaban los alimentos de sus hijos, de falta de comida y ropa, de colas interminables que consumían la jornada de las amas de casa. Trata de la queja popular ante estas condiciones y de cómo reaccionó el gobierno. De los laberínticos trámites burocráticos que convertían la vida cotidiana en una pesadilla, y de las formas en que los ciudadanos de a pie intentaban eludirlos, entre ellas el sistema omnipresente de influencias y conexiones personales. Trata de lo que significaba ser un privilegiado en la sociedad estalinista, o uno de los tantos millones de marginados o parias. Trata de la vigilancia policial y las epidemias de terror.
Con una narrativa vívida, exacta y coral, y con una destreza deslumbrante para reconstruir toda una época, Sheila Fitzpatrick revela cómo, entre fines de los años veinte y comienzos de los treinta, al calor de los planes de industrialización rápida y la colectivización de la agricultura, se produjo una desarticulación social masiva, con el desplazamiento de millones de campesinos a las ciudades y el pasaje de una economía de mercado a una basada en la planificación estatal centralizada. El Estado se convirtió en un regulador incansable de la vida y en el único distribuidor de bienes. Surgió así el Homo Sovieticus, una especie cuyas habilidades más desarrolladas incluían "cazar y recolectar" en un entorno urbano marcado por la escasez. Para eso movía contactos; era un operador, un oportunista, pero por sobre todas las cosas un sobreviviente. En el marco de un Estado revolucionario que lideraba el derrumbe de las viejas jerarquías y los viejos valores, muchos -en especial la juventud urbana y los jóvenes campesinos escolarizados que accedían a posiciones antes reservadas a una élite- aceptaron el sacrificio porque veían en el socialismo un proyecto modernizador y un horizonte utópico, la única vía para superar el atraso y alcanzar el porvenir.
Atendiendo a las vicisitudes de una vida cotidiana atravesada por la excepcionalidad y los sobresaltos, pero también a los "relatos" que circulaban entre los ciudadanos para darle sentido a la dificultad extrema, Sheila Fitzpatrick ha escrito un libro fascinante sobre las estrategias de las personas comunes, entre la desesperación y el cálculo, entre la victimización, la pasividad y las convicciones genuinas.
FITZPATRICK SHEILA
Sheila Mary Fitzpatrick nació el 4 de junio de 1941 en Melbourne Australia e hija del historiador y periodista Brian Fitzpatrick. Se graduó en 1961 en la Universidad de Melbourne con honores de primera clase en Historia y Música y obtuvo su doctorado en 1969 en St Antony's College Oxford defendiendo una tesis sobre el Comisariado de Educación bajo Anatoli Lunacharski. Sus investigaciones se centran en la historia social de la Unión Soviética desde abajo durante la época de Stalin y la historia moderna de Rusia y es una figura destacada en la escuela revisionista de historiografía soviética. Ha sido profesora en la Universidad de Chicago profesora honoraria en la Universidad de Sydney y profesora en la Universidad Católica de Australia y es autora de obras como Vida cotidiana durante el estalinismo La revolución rusa y El equipo de Stalin. Ha analizado críticamente el concepto de totalitarismo y realizado comparaciones entre nazismo y estalinismo y ha recibido la Beca Guggenheim en 1987 y es miembro de la Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias y fellow de la Academia Australiana de Humanidades.