LA MUERTE VOLUNTARIA EN JAPÓN
¿Qué puede hacernos entender sobre la sociedad japonesa del presente la muerte voluntaria, inscripta dentro del rumor de las estadísticas y considerada como síntoma? La investigación sociológica traza el punto de partida de una genealogía. De un siglo al otro, se trata por consiguiente de recorrer ese país del cual habla Nietzsche, «el enorme, el lejano y muy misterioso país de la moral -de la moral que verdaderamente existió y que fue auténticamente vivida-«, explorando en sus documentos las diversas prácticas de la muerte voluntaria en Japón: como apoteosis de la carrera del guerrero, como horizonte del distanciamiento budista, como eje del sistema feudal, como prueba de la fuerza del amor, como exaltación sacrificial, como culminación de la desesperación y del desarraigo. En cada circunstancia, la muerte voluntaria ilumina el ámbito humano del cual proviene su sentido, y paulatinamente es todo el pasado japonés el que se manifiesta con sus contradicciones, extravíos y desgarramientos. El ensayista francés Maurice Pinguet 1921-1991 , reconocido por sus escritos de antropología cultural y por su amistad con Roland Barthes, vivió largamente en Japón, donde elaboró este libro fundamental sobre la cultura japonesa, que permanecía inédito en castellano.
MAURICE PINGUET
El ensayista y escritor francés Maurice Pinguet 1929-1991 egresó a los veinte años de la Escuela Normal Superior de París. Fue profesor de Letras clásicas, catedrático de la Sorbona, amigo de Michel Foucault y de Roland Barthes. A mediados de la década del cincuenta, una beca lo lleva a Japón, donde viviría más de veinte años. En aquel país comienza trabajando en la Universidad de Tokio y en 1963 lo nombran director del Instituto franco-japonés de Tokio. En 1966 invita a Japón a Roland Barthes, quien le dedica El Imperio de los signos , ensayo escrito como fruto de aquel viaje.
Edad recomendada: Adultos.