Para ser una esclava en el Saint-Domingue de finales del siglo XVIII, Zarité podía contemplar su existencia con serenidad y concluir que había tenido buena estrella. Para ser una esclava en el Saint Domingue de finales del siglo XVIII, Zarité había tenido buena estrella: a los nueve años fue vendida a Toulouse Valmorain, un rico terrateniente, pero no conoció ni el agotamiento de las plantaciones de caña ni la asfixia y el sufrimiento de los trapiches, porque siempre fue una esclava doméstica. Su bondad natural, fortaleza de espíritu y honradez le permitieron compartir los secretos y la espiritualidad que ayudaban a sobrevivir a los suyos, los esclavos, y conocer las miserias de los amos, los blancos. Zarité se convirtió en el centro de un microcosmos que era un reflejo del mundo de la colonia: el amo Valmorain, su frágil esposa española y su sensible hijo Maurice; el sabio Parmentier; el militar Relais y la cortesana mulata Violette; Tante Rose, la curandera; Gambo, el apuesto esclavo rebelde y otros personajes de una cruel conflagración que acabaría arrasando su tierra y lanzándolos lejos de ella. Al ser llevada por su amo a Nueva Orleans, Zarité inició una nueva etapa en la que alcanzaría su mayor aspiración: la libertad. Más allá del dolor y del amor, de la sumisión y la independencia, de sus deseos y los que le habían impuesto a lo largo de su vida, Zarité podía contemplar su existencia con serenidad y concluir que había tenido buena estrella.
ALLENDE ISABEL
Novelista, feminista y filántropa, es una de las autoras más leídas del mundo y ha vendido más de 77 millones de copias de sus veintiséis libros en cuarenta y dos idiomas. Además de su labor como escritora, Isabel dedica gran parte de su tiempo a causas de derechos humanos. Ha recibido quince doctorados honoris causa, fue incluida en el Salón de la Fama de California y recibió el Premio Nacional de Literatura de Chile, el PEN Center Lifetime Achievement Award y el Anisfield-Wolf Lifetime Achievement Award. En 2014, el presidente Barack Obama le otorgó la Medalla Presidencial de la Libertad, el honor civil más alto del país, y en 2018 recibió la Medalla por la Contribución Distinguida a las Letras Estadounidenses de la Fundación Nacional del Libro. Vive en California con su esposo y sus perros, uno de los cuales se llama Perla.