Proyectar una luz sobre los problemas más serios y a la vez no pronunciar una sola frase seria, estar fascinado por la realidad del mundo contemporáneo y a la vez evitar todo realismo, así es La fiesta de la insignificancia. Quien conozca los libros anteriores de Kundera sabe que no son en absoluto inesperadas en él las ganas de incorporar en una novela algo «no serio». En La inmortalidad, Goethe y Hemingway pasean juntos durante muchos capítulos, charlan y se lo pasan bien. Y en La lentitud, Vera, la esposa del autor, dice a su marido: «Tú me has dicho muchas veces que un día escribirías una novela en la que no habría ninguna palabra seria Te lo advierto: ve con cuidado: tus enemigos acechan». Pero, en lugar de ir con cuidado, Kundera realiza por fin plenamente en esta novela su viejo sueño estético, que así puede verse como un sorprendente resumen de toda su obra. Menudo resumen. Menudo epílogo. Menuda risa inspirada en nuestra época, que es cómica porque ha perdido todo su sentido del humor. ¿Qué puede aún decirse? Nada. ¡Lean!
KUNDERA MILAN
Milan Kundera, nacido en Brno, Checoslovaquia, era estudiante cuando se instauró el régimen comunista checo en 1948 y posteriormente trabajó como obrero, músico de jazz y profesor en el Instituto de Estudios Cinematográficos Avanzados de Praga. Tras la invasión rusa de agosto de 1968, sus libros fueron prohibidos. En 1975, él y su esposa se establecieron en Francia, y en 1981 obtuvo la nacionalidad francesa. Es autor de las novelas La broma, La vida está en otra parte, Vals de despedida, El libro de la risa y el olvido, La insoportable levedad del ser e Inmortalidad, así como del libro de relatos Amores risibles, todas ellas escritas originalmente en checo. Sus novelas más recientes, Lentitud, Identidad e Ignorancia, así como sus obras de no ficción El arte de la novela y Testamentos traicionados, fueron escritas originalmente en francés.