Morton acuñó el término hiperobjeto para referirse a las cosas que se distribuyen masivamente en tiempo y espacio en relación con los humanos. Un agujero negro, un campo petrolero, la biosfera o el sistema solar. Un hiperobjeto podría ser un producto de manufactura humana de larga duración, como el poliestireno, o también la suma de toda la maquinaria chirriante del capitalismo. Los hiperobjetos son "hiper" en relación con alguna otra entidad, más allá de que esté producida o no por los seres humanos. Son directamente responsables de lo que Morton llama "El fin del mundo", volviendo obsoletas tanto la mirada apocalíptica sobre la crisis ambiental, como su negación.