HIPERIÓN
Novela epistolar, novela filosófica, novela lírica y acaso ni siquiera novela: Hiperión, cima de la literatura alemana, no admite comparación; es el libro en el que Friedrich Hörlderlin anudó todos los hilos de sus agitaciones poéticas e históricas. Tal vez por eso mismo el poeta seguía orgulloso de la obra incluso en los años de su locura, según cuenta Wilhelm Waiblinger, su visitante de esos días de luminosa oscuridad: "Con lo que puede entretenerse jornadas completas es con su Hiperión. Suele tenerlo casi siempre abierto. Cientos de veces, cuando yo iba a visitarlo, ya desde afuera lo oía declamar en voz alta, y lo hace con gran patetismo. Muchas veces me leía fragmentos. Cuando terminaba un párrafo empezaba a decir con una mímica exagerada: '¡Qué hermoso, qué hermoso...!" Traducción y epílogo de Pablo Gianera.
Edad recomendada: Adultos.
HOLDERLIN FRIEDRICH
Friedrich Hölderlin Lauffen am Neckar, 20 de marzo de 1770 - Tubinga, 7 de junio de 1843 fue un poeta lírico alemán. Su poesía acoge la tradición clásica y la funde con el nuevo romanticismo. Tal y como explican Ruiza, Fernández y Tamaro, «La obra de Hölderlin tiene en su eje central el intento de hallar el sentido y esencia de la lírica en los momentos históricos convulsos que le tocó vivir. Los juveniles Himnos 1793 , en los que canta a la belleza, la libertad y el genio de la adolescencia, sufren aún la influencia de Schiller y ensalzan los «ideales de la humanidad». Las Elegías 1793 , sobre todo «Grecia» y El destino», son ya un lamento por lo desaparecido e incluyen una propuesta fundamental en Hölderlin: el impulso hacia un nuevo helenismo. Hiperión 1797-1799 es un texto a mitad de camino entre la novela epistolar y la llamada 'de iniciación', que comparte también las características confesionales de un diario íntimo y anticipa múltiples aspectos de la sensibilidad romántica». Maltratado por la enfermedad mental, «en su poesía hay algo, por encima de la forma, de río incontenible, de exaltación, de aliento enardecido por un fuego mortal y propio, y puede ser quizás que ese meollo, esa substancia ya trufada por la locura, vaya abriéndose paso desde el éxtasis a la sinrazón», explica Roger Salas.