Esta historia que ya lleva casi doscientos años de vida, merece llegar a las aulas y a la lectura de los jóvenes del año 2010. Porque enmascarada en la novela de terror, en la historia gótica y tenebrosa, se esconde un dilema humano existencial. La soledad de saberse único y diferente, el dolor y la angustia frente al rechazo de quienes deberían amarnos. El monstruo creado por Víctor Frankenstein, pone en su voz los sentimientos de muchos seres humanos. A su vez, este científico inescrupuloso que no tiene límites para la experimentación, bien podría ser una metáfora de la ciencia moderna y sus maravillosos pero a la vez terribles avances. La versión de Franco Vaccarini reproduce, en un lenguaje claro y una narración ágil, los temas fundamentales de una obra que no pierde vigencia.
SHELLEY MARY
30 de agosto de 1797, Londres - 1 de febrero de 1851, Londres.
Mary Wollstonecraft Shelley tiene un lugar en el olimpo de la literatura gracias a una obra brillante y seminal: Frankenstein o el moderno Prometeo. Hija única de un matrimonio de intelectuales, el filósofo William Godwin y la escritora y pionera del feminismo, Mary Wollstonecraft, Mary recibió una educación exquisita. Siendo apenas una adolescente, en 1812 conoció al poeta Percy Shelley y se fugó con él a Francia. Se casaron en 1816, cuando la primera esposa del poeta se suicidó. El verano de ese año, la pareja coincidió en una villa en Suiza con John Polidori y Lord Byron. Este último, a modo de juego, retó a sus amigos a escribir una historia de terror. Ese fue el germen de Frankenstein, considerada por muchos expertos la primera novela de ciencia ficción de la historia, creando además uno de los arquetipos más reconocibles del género: el científico loco. Aunque Victor Frankenstein, más que un personaje loco, es el retrato de un hombre que, queriendo imitar a los dioses, acaba por crear un monstruo.