La mansión a orillas del lago Ginebra fue el escenario en que Lord Byron, John Polidori, Percy Bysshe Shelley y Mary Shelley se retaron a escribir una historia de terror. Aquel juego llevó a la autora londinense a crear Frankenstein, una de las grandes cimas del horror gótico y una brillante reflexión sobre la ética científica. La novela narra el intento de un joven estudiante de medicina de crear vida artificial y las terribles consecuencias de su experimento.
Ilustrado por John Coulthart
SHELLEY MARY
30 de agosto de 1797, Londres - 1 de febrero de 1851, Londres.
Mary Wollstonecraft Shelley tiene un lugar en el olimpo de la literatura gracias a una obra brillante y seminal: Frankenstein o el moderno Prometeo. Hija única de un matrimonio de intelectuales, el filósofo William Godwin y la escritora y pionera del feminismo, Mary Wollstonecraft, Mary recibió una educación exquisita. Siendo apenas una adolescente, en 1812 conoció al poeta Percy Shelley y se fugó con él a Francia. Se casaron en 1816, cuando la primera esposa del poeta se suicidó. El verano de ese año, la pareja coincidió en una villa en Suiza con John Polidori y Lord Byron. Este último, a modo de juego, retó a sus amigos a escribir una historia de terror. Ese fue el germen de Frankenstein, considerada por muchos expertos la primera novela de ciencia ficción de la historia, creando además uno de los arquetipos más reconocibles del género: el científico loco. Aunque Victor Frankenstein, más que un personaje loco, es el retrato de un hombre que, queriendo imitar a los dioses, acaba por crear un monstruo.