FERIAS Y ATRACCIONES
Afortunado lector: tiene usted en sus manos una invitación para disfrutar de un recorrido minucioso por un parque de atracciones sin localización concreta, tal vez sea en Barcelona, tal vez en los años cincuenta. En él encontrará desde botes eléctricos o dioramas a las atracciones más sofisticadas, el autovía, la ciudad encantada, la casa de la risa o las grutas mágicas. También, cómo no, los autómatas que adivinan el porvenir. Cada una representará una oportunidad para introducir bajo la fina superficie de la realidad la profundidad del destino, del azar, de la miseria o de la muerte. La guía atenta del poeta y crítico de arte Juan Eduardo Cirlot 1916-1973 le irá introduciendo, a cuento del parque de atracciones, en un mundo de relaciones y símbolos sugeridos a veces por cuadros, a veces por textos, a veces simplemente por nombres propios y alusiones varias provenientes de temas alejadísimos. El texto se convierte así en una embarcación que con su incesante ir y venir entre lo uno y lo otro nos abre, como por arte de magia, horizontes desconocidos. ¿Y no es esa la razón última por la que la gente va a la feria? La atracción del vacío y el intento de llenar ese abismo que es el mundo.
JUAN EDUARDO CIRLOT
Barcelona, 1916-1972 . Juan Eduardo Cirlot se unió de joven al surrealismo, conoció a Bretón y se escribió con él, compartiendo criterios estéticos, que no ideológicos. En 1943 se inició en el mundo de los símbolos y perteneció al grupo 'deu al set', de carácter revolucionario respecto a las artes y la literatura, que había creado Joan Brossa en 1948. Trabajó en el mundo editorial, siendo también un gran crítico y especialista de arte. Cirlot tuvo dos mundos fundamentales: el real, con sus ocupaciones editoriales, que le aportaba el medio de vida, y el mundo interno, oculto y misterioso, desde el que escribía.
Edad recomendada: Adultos.