Mary Oliver es una poeta celebratoria. En la tradición norteamericana, es Walt Whitman el que resuena cuando pensamos en este tono dentro de un poema. Pero a diferencia de Whitman, la celebración en Oliver- no es épica, no es vehemente, no es encendida. Es una poesía humilde, anclada en lo cotidiano y lo sencillo, ajena a cualquier expansión innecesaria. Es que, como decía el poeta peruano José Watanabe, la naturaleza, aún cuando es violenta, no hace aspavientos. Y la poesía de Oliver no sólo habla de la naturaleza, se parece a ella: en su intensidad austera, en su potencia que no necesita de ningún énfasis extra para conmocionarnos, para causarnos una impresión indeleble.
OLIVER MARY
Nacida en un pequeño pueblo de Ohio, Mary Oliver publicó en 1963, a los veintiocho años, su primer libro de poesía. A lo largo de su dilatada carrera recibió numerosos galardones. Su cuarto libro, Primitivo americano, ganó el Premio Pulitzer de Poesía en 1984. Dirigió talleres y realizó residencias en varios colegios y universidades, incluido el Bennington College, donde ocupó la cátedra Catharine Osgood Foster. Falleció en 2019.