A mediados de la década de 1950, el legendario compositor de vanguardia John Cage y la artista Lois Long crearon un objeto verdaderamente maravilloso. Un libro de artista, pero también una parodia de una receta de cocina y una propuesta de arte para niños.
El libro de barro acompaña los primeros intentos de los niños de crear y de cocinar... con agua y con barro. Los autores animan a los niños a explorar su imaginación y ensuciarse las manos, pero con una advertencia: los pasteles de barro son para mirar, no para comer.
Este libro de cocina no-convencional deleitará por igual a padres y niños, y se convierte en un regalo ideal para todas las edades.
A mediados de la década de 1950, el legendario compositor de vanguardia John Cage y la artista Lois Long crearon un objeto verdaderamente maravilloso. Un libro de artista, pero también una parodia de una receta de cocina y una propuesta de arte para niños. El libro de barro acompaña los primeros intentos de los niños de crear y de cocinar... con agua y con barro. Los autores animan a los niños a explorar su imaginación y ensuciarse las manos, pero con una advertencia: los pasteles de barro son para mirar, no para comer. Este libro de cocina no-convencional deleitará por igual a padres y niños, y se convierte en un regalo ideal para todas las edades.
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CAGE JOHN
Estados Unidos, 1912-1992 Fue un músico que impactó de forma decisiva en la vanguardia de su tiempo. Estudió con los compositores Henry Cowell y Adolph Weiss, así como con el austriaco Arnold Schönberg. Por influencia del zen, Cage utilizó a menudo en sus partituras los silencios como un elemento más del lenguaje musical, otorgando a los sonidos una entidad dependiente del tiempo. En la década del treinta, comenzó a demostrar en sus primeros trabajos un talento inusual para el diseño de ritmos imposibles y aptitudes especiales para la invención de sistemas como el de veinticinco tonos. Usó asimismo distorsiones para sus instrumentos e inventó el piano preparado, al cual le insertó en el encordado una serie de elementos que dotaban al instrumento de un amplio abanico de nuevas de posibilidades sonoras. Cage acuñó también el concepto de música no-intencional. Un ejemplo es 4'33" 1952 , una obra cuya partitura no contenía ninguna nota a lo largo de sus cuatro minutos y treinta y tres segundos de duración.