Esta es una de las más populares novelas policiales del siglo XX, pese a que su tejido no se basa en los delitos tradicionales del género. Se trata de una lucha metafísica heterodoxa donde el lector, cuando lo nota, está apoyando a los villanos, mucho más atrevidos y divertidos. Esta novela es un ejemplo de preferencias e intereses de Chesterton, un narrador poco ortodoxo y ameno que es al mismo tiempo filósofo, pensador y detective ocasional, además de uno de los más altos exponentes del sentido del humor británico. En El Hombre que fue Jueves, perseguidor y perseguido cobran una significación especial revestidos por el ropaje, literario de uno de los grandes escritores ingleses del siglo.
CHESTERTON GILBERT KEITH
Gilbert Keith Chesterton 1874-1936 es conocido, sobre todo, entre el gran público, por sus relatos policiales del padre Brown y por su novela El hombre que fue Jueves, pero el gran escritor inglés destacó en todos los géneros literarios, especialmente en el menos convencional y menos cerrado tal como convenía a su peculiarísima personalidad humana y artística , el ensayo, lo que en su caso no es sino hablar de periodismo. Porque el siempre polémico y polemista Chesterton fue sobre todo, durante toda su vida, un periodista, es decir un hombre curioso y apasionado para quien no había asunto que no pudiera o no debiera ser tema de discusión «no hay cosas sin interés. Tan solo personas incapaces de interesarse» es una de sus frases o, lo que es casi lo mismo, de sus paradojas .