Comparado con Richard Ford y Alice Munro, la aparición de David James Poissant produjo una conmoción literaria en los Estados Unidos. Sus cuentos se inscriben en esa gran tradición que incluye a Antón Chéjov y Raymond Carver, una tradición que siempre suele darse por concluida, hasta que aparece un nuevo escritor y la revitaliza. Es lo que sucedió con este libro.
El cielo de los animales es un deslumbrante volumen de relatos sobre personas agobiadas por la pérdida, la culpa o lo implacable del amor. Padres que han roto la relación con sus hijos y descubren demasiado tarde el daño que han hecho, matrimonios envueltos en el desasosiego, hermanos que dejaron en el olvido la complicidad y ahora deben purgar ese rencor, amistades que un día son puestas a prueba y dejan paso a la traición. Vidas que no están a la altura de las emociones que generan, donde la presencia de un animal recuerda la existencia de lo inesperado, lo lúdico, lo brutal. Con una escritura límpida, que sabe ser quirúrgica y no escapa al humor, Poissant narra historias al límite, sacudidas por la impiedad y la tristeza. No deja de ser extraño que al terminar de leerlo el sentimiento sea de felicidad. Es el efecto que depara un hallazgo literario.
POISSANT DAVID JAMES
Nació en 1979 en Siracusa, Nueva York. De pequeño, se mudó junto a su familia al estado de Georgia al sur de los Estados Unidos. Ese mundo sureño se convertiría en uno de los escenarios más explorados de su obra literaria. Publicó la aclamada colección de cuentos, El cielo de los animales, en el año 2014, y la novela Vida de lago en el 2020. Su narrativa se mueve con comodidad desde lo trágico a lo cómico, y su estilo abarca el más puro realismo a lo Carver o Cheever , lo surrealista y lo fantástico. Sus historias, aparecidas en importantísimas revistas como The Atlantic, The Chicago Tribune y The New York Times, exploran los vínculos familiares, la pérdida, los fracasos y las esperanzas de los seres humanos.