La frustración, la burocracia y la alienación del individuo en su afán de formar parte de un sistema que invariablemente lo rechaza son temas recurrentes en la obra de Franz Kafka y, particularmente, en El Castillo. Publicado originalmente en 1926, este libro que el autor dejó inconcluso al día de su muerte representa una de las máximas cumbres de su producción y ocupa un sitial de privilegio en las letras universales. El señor K, un individuo como cualquier otro, se ve sometido a los intrincados laberintos del poder, conflicto que anticipa los tiempos que vivimos, donde el ser humano parece esclavo de sistemas que lo utilizan para luego descartarlo.
KAFKA FRANZ
Franz Kafka es considerado uno de los autores más influyentes del siglo XX. Desarrolló su carrera literaria en alemán, ya que pertenecía a la minoría germanoparlante de Bohemia, en aquel tiempo todavía bajo el dominio del Imperio Austrohúngaro. En 1912 publicó la antología Contemplación y en 1915 vio la luz su obra más conocida, La transformación. Kafka enfermó de tuberculosis y escribió muchos de sus cuentos mientras permanecía convaleciente. Tras varias bodas sin consumarse y debido a su delicado estado de salud, decidió mudarse a Berlín para concentrarse en su obra. En 1924 su salud se agravó notablemente y falleció el 3 de junio de ese mismo año. La mayor parte de la obra de Kafka permanecía inédita en el momento de su muerte. Poco antes de morir le encargó a su mejor amigo, Max Brod, que destruyera una maleta donde estaban todos sus textos. Sin embargo, Brod decidió supervisar la publicación de su obra, que acabó por convertirse en un éxito internacional.