EL CANTO DEL DRAGÓN
El capítulo Ry gin se articula alrededor de dos metáforas: el árbol seco y el canto del dragón. El 'árbol seco' es una metáfora muy utilizada en el Chan chino, aunque procede del taoísmo anterior al Chan e incluso se empleaba en la India prebúddhica, en la tradición de los sramanas, o ascetas errantes, buscadores de la verdad, que formaban comunidades alrededor de maestros experimentados en los estados meditativos. La otra metáfora alrededor de la cual se articula esta enseñanza es 'el canto del dragón', que es el título del capítulo, ry gin. Ry es dragón. El término gin, traducido aquí como 'canto', se usa en referencia a una variedad de sonidos, desde cantar y recitar, hasta llorar, gemir, susurrar, suspirar, tararear, etc., tanto humanos como animales. En la música tradicional china, el término ry gin se refiere tanto a un tipo de flauta ry teki como a un determinado estilo melódico ry gin cho caracterizado por la melancolía, la desolación ante lo inevitable, por la tristeza que produce el deterioro provocado por el paso del tiempo y por la pérdida.
Edad recomendada: Adultos.
DOGEN EIHEI
Eihei Dogen nació en Kioto, Japón, en 1200 y falleció en 1253. Fue un monje budista, filósofo y poeta, considerado el fundador de la escuela Soto del Zen en Japón. Huérfano desde niño, ingresó muy joven al monasterio Enryakuji de la escuela Tendai, pero pronto se sintió insatisfecho con sus enseñanzas. En busca de respuestas más profundas, viajó a China en 1223, donde estudió con el maestro Tiantong Rujing, de quien recibió la transmisión del Dharma. A su regreso a Japón, introdujo una forma de Zen centrada en la práctica del zazen meditación sentada como expresión directa de la iluminación. Fundó el templo Koshoji en Kioto y más tarde el monasterio Eiheiji en Fukui, que se convirtió en uno de los principales centros del Zen japonés. Su obra más influyente es el Shobogenzo, una colección de ensayos filosóficos y espirituales que exploran la naturaleza del ser, el tiempo y la práctica budista. Dogen defendía que la práctica y la iluminación no están separadas: sentarse en meditación es, en sí mismo, la realización del despertar. Su pensamiento, profundamente original y poético, ha influido no solo en el budismo sino también en la filosofía y la literatura contemporáneas