DE LA BREVEDAD DE LA VIDA
Séneca, uno de los filósofos estoicos más relevantes, con su lenguaje claro directo, ofrece en esta obra una reflexión sobre la vida y lo fugaz del tiempo. De la brevedad de la vida es uno de los ensayos de filosofía moral de Séneca. Escrito hacia el 49 d. J. C., está dedicado a Paulino, suegro del filósofo, y se considera que es una exhortación para que se retire anticipadamente de la absorbente vida laboral. En la obra Séneca afirma, en contra de la opinión común, que la vida no es breve. La naturaleza nos ha dotado de una existencia suficiente para alcanzar nuestros fines últimos. Lo que sucede es que el tiempo se desperdicia de mil maneras, y el filósofo pasa a mencionar las muchas maneras en que los seres humanos pierden su tiempo: unos se entretienen con los placeres de la carne; otros se creen obligados a conceder a los demás todos sus momentos, y así pierden irremediablemente su tiempo, pues, advierte Séneca, este es un bien que no se puede restituir. Otros, más refinados, se dispersan en una estéril erudición que la aleja de la verdad; critica la equívoca noción de ocio que se tiene como mera diversión y placer, y lo contrasta con el que es útil, el estudio de la filosofía. Séneca se pregunta el porqué de esta inconsecuencia y piensa que, siendo el tiempo intangible, la persona común no sabe valorarlo. La obra asimismo reflexiona sobre el carácter fugaz del tiempo, como el pasado ya no existe, el presente es brevísimo y el futuro es incierto.
Edad recomendada: Adultos.
SENECA
Lucio Anneo Séneca Latín: Lucius Anneus Seneca , llamado Séneca el Joven Corduba, 4 a. C. - Roma, 65 d. C. , fue un filósofo, político, orador y escritor romano, conocido por sus obras de carácter moralista. Hijo del orador Marco Anneo Séneca, fue Cuestor, Pretor y Senador del Imperio Romano durante los gobiernos de Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón, además de ministro, tutor y consejero del emperador Nerón. Séneca destacó tanto como pensador, intelectual y político. Consumado orador, fue tanto una figura predominante de la política romana durante la era imperial como uno de los senadores más admirados, influyentes y respetados, y fue objetivo tanto de enemigos como de benefactores, a causa de este extraordinario prestigio. De tendencias moralistas, Séneca pasó a la historia como el máximo representante del estoicismo y moralismo romano tras la plena decadencia de la república romana. La sociedad romana había perdido los valores de sus antepasados y se trastornó al buscar el placer en lo material y mundano, dando lugar a una sociedad turbulenta, amoral y antiética, que al final la condujo a su propia destrucción.