Cyrano de Bergerac Nada parece faltarle a Cyrano de Bergerac: valentía en los combates, ingenio en las disputas, fortaleza en sus ideales y una bondad infinita. Sin embargo, algo le sobra: una enorme nariz que afea su apariencia e impide su conquista más preciada: la bella Roxana. Rostand toma la Francia del siglo XVII como marco y, por medio de este personaje histórico y legendario, saca a escena el eterno conflicto entre la belleza exterior, engañosa a los sentidos, y la belleza interior, que no siempre basta para alcanzar la felicidad.