Curumbamba y Curumbe   Corre el año mil ochocientos veintitantos. En la costa del Río de la Plata  se encuentran cinco lavanderas que friegan la ropa sobre las toscas y,  mientras hablan de sus asuntos, también se enteran de los ajenos. Entre mate  y mate van hilvanándose historias de la ciudad colonial, algunas graciosas,  como la del inglés que no quería mojarse; otras fantásticas, como la del  abanico que embellecía a las mujeres. Y así, entre relato y relato, se nos  deja de "hacer cuento" que la Buenos Aires colonial existió alguna vez.