CUARENTA LADRONES CON CARENCIAS AFECTIVAS
Cuando la abeja reina muere, la colmena entera se enfrenta al desastre. Para evitarlo, las abejas se organizan en torno a una larva destinada, originalmente, a convertirse en obrera. La rodean con sus cuerpos, emitiendo calor, y le dan a comer de la jalea real. La larva deviene así una reina grande y fértil, pero con un ADN idéntico a las abejas obreras. De esta forma, el medio decide el destino de la larva.
En este libro, Boris Cyrulnik propone que algo similar ocurre con los seres humanos: nuestro desarrollo depende del entorno en que nos criamos. El afecto recibido en la infancia determina el futuro del niño, y la ausencia del mismo lo acerca a la senda violenta del ladrón. Con erudición admirable, Cyrulnik traza las semejanzas entre el desarrollo de los animales y los humanos para estudiar los efectos del entorno sobre el carácter del individuo y tratar de explicarse, a la vez, la tendencia de la humanidad a la violencia y a la guerra. Si entendemos esto, nos dice, entenderemos también la necesidad de actuar sobre aquello que nos condiciona, de construir el medio más apto para la crianza de los niños.
Cuarenta años después de la publicación de su primer libro, Boris Cyrulnik nos brinda una verdadera obra maestra que revela al erudito tras el narrador y el sabio.
Edad recomendada: Adultos.
CYRULNIK BORIS
Boris Cyrulnik nacido en 1937 en Burdeos, Francia es un neuropsiquiatra, etólogo y escritor francés reconocido por sus estudios sobre la resiliencia. Su infancia estuvo marcada por la Segunda Guerra Mundial, durante la cual perdió a sus padres, quienes fueron deportados y nunca regresaron. Estas experiencias lo llevaron a desarrollar su interés por la psicología y la neurociencia.
Cyrulnik estudió medicina en París y se especializó en neurología, psiquiatría y psicoanálisis. Ha dedicado su carrera al tratamiento de niños traumatizados y a la investigación sobre la capacidad humana de superar la adversidad. Desde 1996, es director de estudios en la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad de Sud-Toulon y responsable del equipo de investigaciones en etología clínica del Hospital de Toulon.
Entre sus obras más influyentes se encuentran Los patitos feos, El amor que nos cura y Morirse de vergüenza, donde explora el impacto del trauma y la importancia del vínculo afectivo en la recuperación emocional. Su trabajo ha sido fundamental para la comprensión de la resiliencia y su aplicación en la psicoterapia.