CONFIESO QUE HE BEBIDO - JORGE TEILLIER - 978-956-289-094-6
Edad recomendada: Adultos.
JORGE TEILLIER
Jorge Teillier fue un poeta nacido en Lautaro, Chile, en 1935. Perteneció a la conocida como generación literaria de 1950 y comenzó a escribir poemas a los doce años. Estudió Pedagogía en la Universidad de Chile. Ejerció la docencia y el periodismo colaborando en importantes diarios y revistas. Formó parte del grupo Trilce y fue continuador de la herencia poética chilena representada por autores como Vicente Huidobro o Gabriela Mistral, a los que admiraba profundamente. En su obra también hay influencia de una caótica y larga lista de escritores entre los que figuran Jack Kerouac, Rainer Maria Rilke, Francois Villon, Antonio Machado, Dylan Thomas y Julio Verne y Robert Louis Stevenson por su predilección hacia los escenarios narrativos fantásticos y de aventuras.
SINOPSIS
Estamos en la década de 1980. Jorge Teillier es un exiliado en Santiago de Chile. Su
familia cotidiana son su compañera, Cristina, y los parroquianos-amigos del restaurante Unión, más conocido como la Unión Chica. La familia directa ha debido repartirse por el mundo.
En 1980 y 1981, por invitación de Enrique Lafourcade, el poeta escribe en el diario El mercurio. Con amena erudición, ofrece crónicas sobre bares, restaurantes y costumbres culinarias de Chile y de países por donde anduvo de visita: Perú, Panamá, España. Dedica varios relatos a costumbres culinarias del mundo de antaño y de entonces. No falta, por supuesto, alguna crónica sobre comidas y bebidas de La Frontera, el terruño natal.
Un recuerdo entrañable viene a mi memoria: primavera de 1981, hora de almuerzo en un restaurante en Papudo, con mi padre-poeta y Cristina. El disfrute es máximo: vista al mar, cariño, una conversación espléndida , y mariscos y pescados que, por ausencia obligada del país, llevaba siete años sin gozar.
De la mano de esa añoranza, invito hoy al lector a sentarse real o imaginariamente frente al mar y encarar la lectura de estas crónicas con una docena de ostras y un vino blanco, para invocar mágicamente la compañía insuperable del poeta Jorge Teillier.