CIVILIZACIÓN ARTIFICIAL
El sueño utópico de la ciencia, imitar el cerebro humano sin sus imperfecciones, y la vertiginosa aceleración de la IA, nos conducen sin remedio hacia una «civilización artificial» en la que cohabitarán seres humanos y máquinas. Incisivo, aunque esperanzador, Lassalle analiza las consecuencias culturales, geopolíticas y filosóficas de este fenómeno.
Se habla mucho de las extraordinarias oportunidades y riesgos de la IA. Sin embargo, no se piensa apenas en lo que supone filosóficamente para la humanidad impulsar el desarrollo de «algo» que está siendo programado para ser «alguien» consciente. Un «alguien» sintético al que se dota de capacidades cognitivas inimaginables, pero sin la conciencia ni los condicionantes morales que acompañan la existencia del creador a quien replica: el ser humano. La IA es «algo», todavía. Aunque no sabemos por cuánto tiempo. Va camino de convertirse en la apoteosis de una ciencia que, heredera de Hobbes, ha creído que el conocimiento es poder.
José María Lassalle analiza con gran lucidez el reto del nihilismo tecnológico sobre el que sigue asentada nuestra sociedad. Una corriente liderada por Estados Unidos y China para alcanzar la hegemonía mundial mientras Europa busca una alternativa más humanista: una IA amigable, gobernada por una sabiduría aristotélica que reserve a los seres humanos un rol decisorio y decisivo dentro de la civilización artificial hacia la que nos dirigimos.
Edad recomendada: Adultos.
LASALLE JOSE MARIA
Santander, 1966 es doctor en Derecho. Inició su trayectoria profesional como investigador y profesor en la Universidad de Cantabria y en la Universidad Carlos III de Madrid. Fue coordinador científico del Centro de Estudios Hispánicos e Iberoamericanos de la Fundación Carolina y más tarde fue director de esta institución. En 2004 inició su actividad política como diputado en el Congreso por Cantabria. Compatibilizó su dedicación a la política con la actividad docente en la Universidad San Pablo-CEU y en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. En 2011 fue nombrado secretario de Estado de Cultura y en 2016 de Agenda Digital. En julio de 2018 abandonó la política. Es autor de numerosos ensayos y publicaciones académicas sobre pensamiento político y filosofía anglosajona y escribe periódicamente en El País y La Vanguardia.