No existe diferencia fundamental entre el hombre y los mamíferos superiores en sus facultades intelectuales», sostuvo hace más de un siglo Charles Darwin en medio de una furibunda polémica cuyos ecos llegan hasta el presente. La eterna pregunta «¿de dónde venimos?», que había acosado al hombre rudimentario desde el momento en que se puso de pie y miro al mundo, había sido respondida durante siglos por las tranquilizadoras metáforas del pensamiento mágico. La irrupción de Darwin y sus inquietantes conclusiones provocaron una profunda herida narcisista en la conciencia misma del hombre. Acosado por sus propios fantasmas y por su mente brillante, el autor de El origen del hombre emerge en esta Autobiografía con una tranquilizadora candidez y una dimensión singularmente humana. Con palabras sencillas, casi disculpándose por su inteligencia y minimizando la trascendencia de sus revelaciones, el científico relata pasajes de su vida que permiten construir una mirada comprensiva y afable sobre uno de los cerebros más creativos de la historia de la humanidad. Esta edición suma dos trabajos de su hijo Francis Darwin: La vida cotidiana de mi padre, y un breve opúsculo titulado La religión de Charles Darwin.
DARWIN CHARLES
Charles Robert Darwin nació el 12 de febrero de 1809 en Shrewsbury, Inglaterra, hijo de Robert Darwin y Susannah Wedgwood. Estudió medicina en la Universidad de Edimburgo y luego teología en Cambridge, donde desarrolló su interés por la historia natural. En 1831 se embarcó en el HMS Beagle, viaje que le permitió observar la diversidad de especies en distintos continentes y que inspiró sus teorías. En 1859 publicó El origen de las especies, obra que revolucionó la ciencia al proponer la evolución mediante selección natural. Falleció el 19 de abril de 1882 en Down House y fue enterrado en la Abadía de Westminster.