El excelente uso de cortes no tradicionales y tradicionales, sazonados con algunos aderezos muy interesantes fue un deleite para el paladar. No cabe duda de que la hacienda engordada en un sistema pastoril, faenada en el momento óptimo y correctamente preparada, tiene un sabor único. Los productores de carne argentinos sin duda merecen la medalla de oro por sus habilidades productivas.