Callejón sin salida es una novela de suspenso escrita en colaboración por dos maestros del género: Collins y Dickens, y especialmente traducida y anotada para esta edición. Las dudas, los engaños, los desencuentros y el peligro siempre latente de una trampa mortal envuelven a sus personajes, quienes viven una historia de amor, de intriga y de revelaciones. Londres y los Alpes suizos son el marco de este relato atrapante en el que un personaje busca su identidad, otro la encuentra sin buscarla y un tercero la muestra, luego de disimularla durante toda la vida. En Aquí y ahora se establece una relación directa con los saberes previos de los destinatarios acerca del suspenso y, así, se plantea la vigencia de la obra. En Enfoques para analizar se desarrollan los conceptos de novela, estructura, personajes, novela de suspenso, y se proponen actividades de comprensión, análisis y producción de textos en las que se anticipan o aplican dichos contenidos literarios. Incluye biografía de los autores.
COLLINS WILKIE
8 de enero de 1824, Londres - 23 de septiembre de 1889, Londres.
William Wilkie Collins fue un novelista, dramaturgo y ensayista inglés, iniciador de la novela de detectives. La primera obra de Collins fue una biografía de su padre, el pintor William Collins, un año después de su muerte, en 1848. A partir de ahí empezó a escribir ficción, y en 1851 conoció a Charles Dickens, con el que entabló una gran amistad que duró hasta la muerte de este último, basada en la mutua admiración y la colaboración. Las personas que estudiaron las vidas de ambos personajes coinciden en que ambos genios se influyeron mutuamente: Collins desarrolló su sentido del humor y afiló su talento para la caracterización de personajes; mientras que Dickens construyó tramas más sólidas y con mayor suspense. Dicha habilidad para el suspense y para la creación de atmósferas de misterio destaca en las obras maestras de Collins: La mujer de blanco, Sin nombre y La piedra lunar. En ellas, Collins estableció las bases de la novela detectivesca, de la que luego bebieron infinidad de autores, entre ellos Agatha Christie y Arthur Conan Doyle.